Corrientes de resaca: ¡Cuidado con este enemigo invisible!

corrientes de resaca

Ir a la playa es una de las actividades más esperadas del verano. Sin embargo, entre chapuzones y castillos de arena, existe un peligro silencioso que muchas personas aún desconocen: las corrientes de resaca o de retorno. Invisibles a simple vista, rápidas y potentes, estas corrientes marinas son responsables de numerosos rescates —y lamentablemente, de víctimas— cada año.
De hecho, estos últimos días hemos podido comprobar cómo en la Playa de Los Boliches (Fuengirola, Málaga), han tenido que rescatar a dos bañistas del agua porque no podían salir a causa de este fenómeno.

Conocerlas puede ayudarte a evitar una situación crítica. Aquí te contamos qué son, cómo identificarlas y qué hacer si te atrapan.

¿Qué es una corriente de resaca?

Una corriente de resaca o de retorno es un flujo fuerte y estrecho de agua que se mueve desde la orilla hacia mar adentro, de forma perpendicular a la costa. Se forma cuando las olas empujan agua hacia la playa, pero esa agua no puede escapar lateralmente por completo y regresa concentrada por un canal hacia el océano.

Estas corrientes pueden alcanzar velocidades de hasta 2,5 metros por segundo, lo que es más rápido de lo que puede nadar cualquier persona promedio. Son completamente naturales, y su aparición no depende de tormentas ni de condiciones extremas. De hecho, muchas veces ocurren en días soleados y aparentemente tranquilos.

¿Cómo se forman las corrientes de resaca?

Aunque parezca algo misterioso, su formación tiene lógica. El agua de las olas se acumula en la orilla y debe volver al mar. Si el fondo marino presenta irregularidades como canales entre bancos de arena, o si hay estructuras artificiales (espigones, embarcaderos), el agua encuentra una vía de escape concentrada. Esa salida es la corriente de resaca.

Esto significa que las zonas donde las olas rompen menos (lo que a muchos les parece más seguro) pueden ser justo donde la resaca actúa con más fuerza.

¿Cómo reconocerlas?

Detectarlas no es fácil, pero hay señales a las que puedes prestar atención:

  • Una franja de agua más oscura entre zonas con espuma, donde las olas no rompen.
  • Un área con movimiento de agua más rápido y sin burbujas.
  • Una zona donde ves espuma, algas o arena siendo arrastradas hacia fuera.
  • Olas que rompen de forma irregular o discontinua a lo largo de la costa.

Muchos bañistas, al ver una zona más tranquila entre rompientes, creen que es el lugar ideal para bañarse. Grave error: ahí puede estar ocurriendo una resaca silenciosa pero potente.

¿Qué hacer si te atrapa una corriente de resaca?

Lo más importante es no entrar en pánico. Aquí tienes una serie de pasos clave:

  1. Mantén la calma. Sabemos que es difícil, pero intentar salir nadando contra la corriente es agotador y casi nunca funciona.
  2. No luches contra la corriente. Deja que te lleve, mientras flotas boca arriba o mantienes la cabeza fuera del agua.
  3. Nada paralelo a la costa. Las corrientes de resaca son estrechas. Nadando unos metros hacia un lado, probablemente salgas de ella y puedas regresar nadando en diagonal hacia la orilla.
  4. Pide ayuda. Si no puedes salir por tus propios medios, levanta un brazo, haz señales y conserva energía mientras flotas.

¿Y si ves a alguien en peligro?

Importante: Nunca te lances sin preparación. En lugar de eso:

  • Avisa a los socorristas o llama a emergencias.
  • Si tienes acceso a algún elemento flotante, lánzalo desde la orilla.
  • Orienta a la persona con gestos, señalando hacia los lados (no hacia la orilla).

Muchos rescates se complican cuando personas sin formación intentan ayudar por impulso.

Prevención: tu mejor defensa

  • Báñate solo en zonas vigiladas por socorristas.
  • Respeta las banderas de señalización de la playa.
  • Antes de meterte al agua, observa el comportamiento del mar durante unos minutos.
  • No te confíes si ves una zona «calmada» entre olas.

Recuerda: las corrientes de resaca no se ven fácilmente, pero se sienten rápido.

¿Por qué son tan peligrosas?

Las estadísticas son claras. Las corrientes de resaca están detrás de miles de rescates cada año en costas de todo el mundo. Muchas víctimas no son arrastradas por grandes olas, sino por estas corrientes horizontales, que generan una sensación de impotencia y pánico.

Lo más trágico es que la mayoría de estos incidentes se podrían evitar con información básica y vigilancia adecuada.

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