Un rescate acuático no es solo lanzarse al agua y sacar a alguien: es una maniobra técnica, física y emocionalmente exigente. Requiere sangre fría, preparación y una estrategia clara. Los errores, incluso los pequeños, pueden costar segundos valiosos… o algo peor.
Tanto si eres un socorrista novato como si llevas años en la playa o piscina, conocer los fallos más comunes y cómo evitarlos es clave para mejorar tu eficacia y seguridad.
1. Lanzarse sin valorar la situación
El error:
Uno de los fallos más frecuentes es actuar por impulso sin hacer una valoración previa adecuada. Ver a alguien agitar los brazos o pedir auxilio y saltar sin pensar.
Por qué es peligroso:
- No sabes si hay corrientes, rocas o zonas profundas.
- Puedes convertirte tú en otra víctima.
- Puedes perder de vista al accidentado.
Cómo evitarlo:
Haz una valoración visual rápida:
- ¿La persona está consciente?
- ¿A cuánta distancia se encuentra?
- ¿Qué condiciones tiene el entorno?
- ¿Tienes material de rescate a mano?
2. No usar material de rescate (aunque lo tengas)
El error:
Creer que llegarás antes sin boya, tubo o tabla de rescate.
Por qué es peligroso:
- Sin flotación extra, te agotas antes.
- Si el rescatado entra en pánico, puede agarrarte y hundirte.
- Pierdes control y seguridad para ambos.
Cómo evitarlo:
En cada intervención, usa siempre algún elemento auxiliar. Es tu escudo, tu flotador y tu control. Entrena con el material de rescate hasta automatizarlo.
3. Subestimar la fuerza del rescatado
El error:
Pensar que el accidentado está débil y se dejará ayudar.
La realidad:
En muchos casos, el pánico lo convierte en impredecible: agarra, empuja, se cuelga de ti… y puede hundirte o lesionarte.
Cómo evitarlo:
- Acércate por detrás siempre que puedas.
- Usa el material como barrera.
- Habla con firmeza: “Tranquilo, estoy contigo, flota.”
- Si se agarra fuerte, mantén la calma, empuja y aléjate un poco. Luego, retoma el contacto con control.
4. No tener en cuenta corrientes o entorno
El error:
Lanzarte a rescatar sin pensar en la dirección de la corriente, oleaje o pendiente del fondo.
Por qué es peligroso:
- Puedes ser arrastrado junto al accidentado.
- Si hay olas, se pierde visibilidad y energía.
- Una mala elección de ruta de entrada o salida puede complicarlo todo.
Cómo evitarlo:
- Observa el comportamiento del agua antes de intervenir.
- Planifica el punto de entrada y, sobre todo, de salida.
- Si puedes, entra por un lateral de la corriente y sal con ayuda de la deriva.
5. Agotarse antes de llegar a la orilla
El error:
Hacer todo el trabajo tú solo: llevar a la víctima, nadar contracorriente, hablar, mantener a flote…
Por qué es un problema:
- Te agotas rápido.
- Te vuelves menos eficiente.
- Puedes fallar justo en los últimos metros, donde más concentración necesitas.
Cómo evitarlo:
- Pide apoyo si hay otros socorristas.
- Usa la corriente a tu favor cuando sea posible.
- Aprovecha el material de rescate para que la víctima colabore.
6. No controlar tus emociones
El error:
Entrar en modo pánico, ansiedad o bloqueo por presión del entorno o gravedad de la situación.
Síntomas comunes:
- Hiperventilación antes de entrar.
- Dudas o pasos desordenados.
- Gritos, descoordinación o incluso parálisis.
Cómo evitarlo:
- Entrena mentalmente situaciones reales.
- Respira profundo antes de actuar.
- Confía en tu formación: “He entrenado para esto, sé qué hacer.”
- Si el rescate está fuera de tus capacidades físicas o del entorno seguro: no intervengas sin apoyo.
Tenemos un post en el que hablamos de la importancia de la psicología en el socorrismo, ¡es interesante que lo tengas en cuenta!
7. No repasar protocolos tras el rescate
El error:
Una vez fuera del agua, olvidarse del siguiente paso: atención post-rescate, revisión médica, anotación en el parte de incidencias, etc.
Por qué es importante:
- Asegura una recuperación correcta de la víctima.
- Te protege legalmente.
- Te ayuda a aprender del caso para futuros rescates.
Cómo evitarlo:
- Ten un protocolo escrito, claro y actualizado.
- Hazlo rutina tras cada intervención.
- Evalúa qué hiciste bien y qué puedes mejorar.
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