El socorrismo acuático es una profesión que combina una serie de requisitos técnicos y físicos para garantizar la seguridad en entornos acuáticos. Saber cómo intervenir ante una emergencia puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. En este artículo, explicaremos las principales técnicas de socorrismo acuático. Nos centraremos en evaluar a la víctima, las maniobras de arrastre y remolque, y la importancia de la formación continua.
Identificación y evaluación de la víctima en técnicas de rescate de socorrismo acuático
El primer paso es identificar y evaluar la situación. Una víctima que se encuentra en peligro puede mostrar signos como movimientos poco coordinados, cabeza baja en el agua o intentos desesperados por mantenerse a flote. Estas señales son indicativas de un posible ahogamiento.
Factores clave al utilizar técnicas de socorrismo:
- Entorno: Tratar de identificar los posibles obstáculos, corrientes o riesgos adicionales en la zona.
- Estado de la víctima: Determinar si está consciente, inconsciente o en pánico.
- Propia seguridad: Asegurarse de que el rescate se realiza sin poner en riesgo al socorrista.
Una evaluación adecuada de la situación permite planificar el rescate de manera eficaz, reduciendo al máximo los riesgos tanto para el socorrista como para la víctima.

Técnicas de rescate: Tipos de remolques y técnicas de arrastre en socorrismo
Una vez que se ha evaluado la situación, el socorrista, cumpliendo con los requisitos de un socorrista, debe seleccionar la técnica más adecuada para el rescate. Existen varias maniobras de arrastre y tipos de remolque en socorrismo, cada una adaptada a las necesidades específicas de la víctima y las condiciones del entorno.
Técnica de los socorristas alternados
- Preparación: Siete socorristas se distribuyen alrededor de la víctima: tres a cada lado y uno en la cabeza. Este debe estabilizar el eje cabeza-cuello-tronco sujetando suavemente los lóbulos de las orejas.
- Sujeción: Dos socorristas sostienen la parte alta de la espalda, otros dos sujetan la parte baja de la espalda y los muslos. Los últimos dos agarran las piernas por debajo de las rodillas.
- Levantamiento y colocación: A la señal del socorrista en la cabeza, levantan a la víctima en bloque hasta las rodillas. Luego, deslizan la camilla debajo y la depositan con cuidado.
Esta técnica garantiza la alineación del cuerpo y evita movimientos bruscos.
Técnica del torno en socorrismo
La técnica del torno es una maniobra eficiente cuando se necesita estabilizar y remolcar a una víctima inconsciente en un entorno acuático. En esta técnica, el socorrista se coloca detrás de la víctima y rodea su torso con un brazo, creando un punto de sujeción firme.
El brazo libre se utiliza para nadar, mientras las piernas realizan un movimiento constante para avanzar en el agua. La posición del brazo alrededor del torso ayuda a mantener a la víctima alineada. Esto mantiene la cabeza fuera del agua. Es esencial para evitar que el agua entre en las vías respiratorias.
Es una técnica versátil que, con práctica, permite realizar el remolque de manera eficiente, incluso en situaciones de fatiga o condiciones adversas.
Técnica de remolque con material auxiliar
La técnica de remolque en el socorrismo acuático con material auxiliar es muy importante . Esto es especialmente cierto cuando se tienen elementos de apoyo, como boyas, tubos flotantes o tablas de rescate.
Antes de iniciar el rescate, es importante analizar las condiciones del entorno y del material disponible, asegurándose de que sea adecuado para la situación. Si la víctima está consciente, el socorrista debe acercarse con precaución y entregarle el objeto flotante, asegurándose de que lo agarre correctamente. Así ayudamos a la víctima, para que flote de manera inmediata.
El socorrista está detrás de la víctima. Sujeta el material para guiarla con seguridad. Usa técnicas de nado adaptado, como el crol o el estilo espalda. El socorrista debe llevar a la víctima hacia la orilla o un lugar de evacuación.
Técnica de remolque sin material auxiliar
En situaciones donde no hay equipos disponibles, el socorrista puede emplear técnicas como:
Remolque hombro-axila: Es una técnica especialmente útil cuando la víctima está inconsciente o no tiene la posibilidad de colaborar activamente en el rescate. El socorrista debe estar detrás de la víctima.
Debe sostener una axila con una mano. Con la otra mano, nada de espaldas. Es un método que permite mantener la cabeza de la víctima fuera del agua y evita que el rescatista pierda el control.
Remolque mano-nuca: Con esta técnica se estabiliza a la víctima, sobre todo si se sospecha de lesiones en el cuello o espalda.
El socorrista se coloca detrás de la víctima. Sujeta con cuidado la nuca con una mano. Trata de mantener la cabeza alineada con el cuerpo. Mientras tanto, utiliza la otra mano y las piernas para nadar hacia un lugar seguro.
Cada técnica requiere práctica para garantizar la eficacia y minimizar el agotamiento del socorrista.
La formación en técnicas de rescate y remolque para el socorrismo
La preparación es esencial en el trabajo de socorrista. Conocer las técnicas no es suficiente; se necesita práctica constante y simulaciones realistas para reaccionar con rapidez en situaciones de emergencia.
Entre las razones para priorizar la formación continua está el dominio de maniobras en condiciones difíciles. También mejora la capacidad de tomar decisiones rápidas y seguras. Además, refuerza la confianza y reduce la posibilidad de errores en un rescate real. Además, la formación incluye saberes básicos de primeros auxilios, como reanimación cardiopulmonar (RCP), que pueden ser críticos tras sacar a la víctima del agua.
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